14.11.08

Perdone el señor...


Mi agradecimiento a Joan Manuel Serrat, autor de la letra de su canción "Perdone el señor", aquí reproducida.


A la mitad de la sesión de la reunión del G-20, en la sala donde estaban representados los gobiernos de los estados más ricos del planeta, allí, en aquél lugar donde los gobernantes intervenían un tras otro en un intento de hacer lo posible para salvaguardar los privilegios de las grandes empresas financieras del mundo, de refundar el capitalismo devorador, de establecer sistemas para evitar que la corrupción y la avaricia provocaran desastres económicos como el de 2008 –se trata de ejercer el capitalismo neocon, pero no tan salvaje, joder!- a la mitad de la sesión, digo, en pleno discurso del presidente de los Estados Unidos, un ujier se adelantó al estrado donde estaba el orador. Los servicios de seguridad se lanzaron hacia él, pero su aspecto, su vestimenta, su actitud no parecía indicar peligro alguno. Él, a los guardaespaldas, susurró la necesidad de interrumpir al eminente orador, dada la delicada situación que se presentaba. El ujier, acercándose al oído del mandatario, le dijo:


Disculpe el señor
si le interrumpo, pero en el recibidor
hay un par de pobres que
preguntan insistentemente por usted.

No piden limosnas, no...
Ni venden alfombras de lana,
tampoco elefantes de ébano.
Son pobres que no tienen nada de nada.

No entendí muy bien
sin nada que vender o nada que perder,
pero por lo que parece
tiene usted alguna cosa que les pertenece.

¿Quiere que les diga que el señor salió...?
¿Que vuelvan mañana, en horas de visita...?
¿O mejor les digo como el señor dice:
"Santa Rita, Rita, Rita,
lo que se da, no se quita...?"

Disculpe el señor,
se nos llenó de pobres el recibidor
y no paran de llegar,
desde la retaguardia, por tierra y por mar.

Y como el señor dice que salió
y tratándose de una urgencia,
me han pedido que les indique yo
por dónde se va a la despensa,

y que Dios, se lo pagará.
¿Me da las llaves o los echo? Usted verá,
que mientras estamos hablando
llegan más y más pobres y siguen llegando.

¿Quiere usted que llame a un guardia y que revise
si tienen en regla sus papeles de pobre...?
¿O mejor les digo como el señor dice:
"Bien me quieres, bien te quiero,
no me toques el dinero...?"

Disculpe el señor
pero este asunto va de mal en peor.
Vienen a millones y
curiosamente, vienen todos hacia aquí.

Traté de contenerles pero ya ve,
han dado con su paradero.
Estos son los pobres de los que le hablé...
Le dejo con los caballeros

y entiéndase usted...
Si no manda otra cosa, me retiraré.
Si me necesita, llame...
Que Dios le inspire o que Dios le ampare,
que esos no se han enterado
que Carlos Marx está muerto y enterrado.



El presidente de los Estados Unidos y los presidentes de Europa, Japón y el resto de poderosos mandatarios del mundo allí reunidos sintieron…. Sintieron la vergüenza, el rubor, la turbación por su inherente deshonra, la humillación que suponía su papel en la Historia… pero al poco, retirado el ujier, volvieron a sus pupitres y retomaron la sesión cual si nada hubiera ocurrido. En el recibidor, al otro lado de la sala, se oía el fragor de gentes gritando y algún que otro disparo que tuvieron que realizar los cuerpos antidisturbios.

1 comentario:

Carlos Bentabol dijo...

UTOPIA... NADA VA A CAMBIAR, YA LO VERÁS. ELLOS TIENEN EL PODER DEL DIOS DINERO... POR DESGRACIA...NO PODREMOS HACER NADA