La eterna discusión sobre lo que es Arte y lo que no, sobre lo que el arte debe ser y sobre lo que en realidad es, esa discusión, digo, es una de las pérdidas de tiempo más grandes que existe en el mundo de la dialéctica, sexo de los ángeles aparte. Sin embargo, no me resisto a no entrar en esa polémica, porque quiero dar mi visión de lo que yo considero Arte y lo que no.
El hombre pretende tener todos sus conocimientos censados, estructurados, sometidos a una disciplina estricta, pero todas las actividades humanas que proceden de la manifestación de un sentimiento, de una sensación, de una exposición del alma al exterior (música, pintura, arte en general…) son difíciles de acotar como no sea en lo que a la parte puramente técnica, artesanal, cifrada, matemática, se refiere. Así, plasmar en un papel las luces y las sombras de una estatua-modelo, ejecutar al piano la escala y dos octavas, reproducir en la piedra las dimensiones idénticas de lo observado, son el resultado del estudio pormenorizado y posterior puesta en práctica de la técnica propia aprendida, que es una para todos y que en el caso de perfecta ejecución, dará como resultado obras prácticamente idénticas. Pero… cuando la obra, conocida la técnica, tiene que ser tamizada, filtrada por el cedazo de nuestra habilidad –y lo que es más interesante- por la criba de nuestra subjetividad, de nuestra visión del mundo, de nuestros intereses, de nuestros gustos, de nuestras necesidades anímicas, entonces… entonces se produce la Obra de Arte.
Si esta obra, en su final, se ajusta a lo que cualquier otro buen profesional hubiera también ejecutado, si esta obra final se ajusta a lo que la técnica propugna y solicita, estaremos ante una obra que yo no denominaré artística, sino artesanal. Si la obra, una vez que pasa por nuestro interior en su proceso de ejecución resulta original, diferente, expresiva, dialogante con el observador, entonces yo la llamaré Obra de Arte, con independencia de si me gusta o no. (No voy a hablar, al menos hoy, ni de los tiburones en formol ni de las capillas sixtinas de colores).
¿Es un artista el copista? ¿Se puede ser artista y no dominar la técnica? ¿Todos los grandes artistas, incluso los más heterodoxos conocían/conocen la técnica de su disciplina? ¿Está ya todo inventado en el mundo del Arte? ¿Qué entendemos por un creador? ¿Es tan fácil llenar de formas y colores un lienzo blanco? ¿Ha de ser la obra de arte bella? ¿Qué se entiende por belleza? ¿Es el Arte comunicación? ¿Quizá solo empatía con el espectador? ¿Algo repugnante puede ser Arte? ¿Es Arte cualquier objeto doméstico? ¿Dónde está la Verdad sobre el Arte?
Amigos… este ejercicio os lo pongo como ‘deberes’ para que lo hagáis en casa. Ya me contaréis.
Vuestro,
Internautilus.